lunes, 20 de marzo de 2017

Danza de Invierno

El invierno desmontó todas las hojas. Los pinos se mantienen hermosos y prósperos. Es su mejor hábitat. El campo se silencia. Puede escucharse cada sonido con claridad. Abunda una especie de paz y silencio. Acallar la mente, sembrar palabras en el alma, en silencio. Dejar que los sonidos surjan en el momento apropiado.
De a poco vamos llegando a casa.

El sol, entretanto, parece haber tomado una larga siesta. Suele hacerlo en los inviernos, descansa a su ritmo. Lo hace adrede, para que aprovechemos el momento de introspección. Así, en la calma del invierno frío, se gana en austeridad, si se permite, de la buena. Se bajan las revoluciones, se acalla la naturaleza y la mente debería seguir ese ritmo. Se estimula el cuerpo, se prepara al ritmo del invierno, para abrir la danza de colores… más adelante. Ahora no.

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